La defensa del voto, la columna de Gerardo Mosqueda. 12 de febrero de 2023

En el proceso electoral de 2018 los mexicanos vivieron los tiempos electorales en medio del hartazgo por una administración corrupta e ineficiente que en buena medida explica la reacción de muchos por eliminar la posibilidad de refrendar la confianza en lo que las producciones publicitarias del PRI nos transmitían; se imaginan estar oyendo los mensajes políticos encabezados por el propio presidente de México, refiriéndose al nuevo PRI en medio de una cantidad casi indescriptible de actos de corrupción en casi todas las dependencias gubernamentales, en casi todos los temas y con total impunidad…

Solo algunos personajes de los medios de comunicación hacían un trabajo …” en sentido contrario “y no tenían temor de publicar, revelar, evidenciar que la corrupción en las estructuras de gobierno había llegado a límites insospechados.

Supongo que también a usted, estimado lector, le habrá pasado por su mente la idea de que la corrupción habría llegado a sus límites y que era el tiempo de activar, nuevamente, las palancas de la alternancia solo que ahora debería de ser la opción para alguien que habiendo sido habilitado para la política en el viejo PRI, con las malas costumbres del viejo sistema y con la persistencia de tres sexenios podría representar el cambio necesario y darle una vuelta de página a la vida política del país.

De los más de 90 millones de ciudadanos en el padrón electoral del país para las elecciones del 2018, un tercio, casi 30 millones votaron por la opción que representó el ahora presidente, un tercio fue a votar por otras opciones que no sumaran sus votos a los del movimiento representado por MORENA y casi 30 millones decidieron hacer otra cosa en vez de salir a votar, no está de más recordar que la mayoría de los mexicanos no fue a votar por López sin embargo de los que participaron y fueron a expresar su voluntad ciudadana han dejado los votos suficientes para decirle al candidato del MORENA que ahora los ciudadanos preferían la opción del candidato López y así fue.

De esa mayoría que decidió en favor de López cada día hay más desalentados, arrepentidos, confrontados… sólo que ya se acabaron las opciones.

No es opción volver al viejo PRI porque es equivalente a encontrarse con MORENA; pero nadie quiere encontrarse con el viejo PRI excepto los que se aferran a que la política se hace desde los partidos políticos; como si no entendiéramos que antes de los partidos está la sociedad, independientemente de que tan organizada la veamos.

Desde la perspectiva del PAN, el que representa Marko Cortés, también está desconfigurado el proceso de integración. Un partido que hizo de su vida interna una escuela de democracia dejó de vivir esa democracia (igual que los demás partidos en la contienda), ahora lo que hay son agachones dispuestos a que decidan por ellos, en tanto se tenga la oportunidad de un puesto de trabajo, una buena recomendación, un contrato de servicios, es decir, igual que el PRI que nadie quiere (ni Alito…) pero que son las prácticas de ejercicio del poder con las que mejor se identifican.

Los roles en la acción política han perdido sentido, nadie tiene duda que, para estar en la política, con idealismo o sin él, hay que tener aspiraciones al poder político. Sin poder no hay manera de servir a la sociedad, de donde se proviene y para quien está orientada la acción política.

¿Desde cuándo se acuñó la idea de que la política es para los activos que militan en los partidos políticos y que los ciudadanos deben de “aguantar” lo que venga de los partidos, especialmente en estos tiempos donde los discursos contra la corrupción están en la voz de quienes son la corrupción, mentir es la práctica cotidiana de quienes ejercen la autoridad política en el país y el hartazgo está a la orden del día?

Los grupos de la sociedad, cualquiera que sea su identidad, naturaleza o especie, con la única consigna de buscar el bien de la sociedad, deben buscar los causes de salida a las inquietudes políticas, a la desesperación que genera saber que hoy dirigen los partidos otros ciudadanos que no tiene las prioridades en el progreso y desarrollo de la sociedad, que no lo tienen en el aprovechamiento y crecimiento de oportunidades para las generaciones de jóvenes mexicanos, que han demostrado que sus aspiraciones alcanzan para verse sólo ellos y nadie más.

Qué más da si la naturaleza de tu organización ciudadana es de carácter académico, religioso, científico, laboral, deportivo… sugiero entrar a la plataforma de la Convención Nacional Ciudadana, es decir, la plataforma de Unidos por México y encontrar un cauce a las inquietudes políticas, tener una interlocución responsable con representantes de partidos, con enfoque en las distintas oportunidades que darán los procesos electorales del 2023 y 2024.

Desde luego participar el 26 de febrero en las manifestaciones ciudadanas MIVOTONOSETOCA.

Y contribuir a que haya menos indiferentes de los asuntos políticos de nuestro país, si queremos terminar con esta generación de corruptos en la política.

Hasta la próxima en PROSPECTIVA.

José Gerardo Mosqueda Martínez,

Presidente del Instituto de Administración Pública de Guanajuato