Día del Niño en una pandemia… libertad de corazón…

Texto y fotos, Alejandro Vizcaíno

Salamanca, Gto. El 30 de Abril tiene un encanto especial, este día el ambiente se impregna con ese andar despreocupado, con esa sonrisa tierna, con esa mirada inocente… Este día, la ilusión, la pureza de corazón y la alegría de un niño le cambia el rostro a la vida, le inyecta paz a una sociedad violentada y cura las heridas de un mundo enfermo.

La conmemoración del “Día del Niño” llega enmedio de una pandemia, está vez no habrá regalos ni festejos, esta vez no habrá algarabía, el coronavirus alteró la vida cotidiana y mantiene presas en libertad a las personas, los niños no pueden salir de casa, pero son libres de corazón, libres como su imaginación que no conoce límites.

Mateo está por cumplir 3 años de edad, ya habla, ya camina, ya corre y hace travesuras, con su característica alegría juega, ríe y trata de entonar una canción, su balbuceo poco armónico se interrumpe porque su atencion se distrae con las plantas del jardín, corta algunas hojas y flores, las coloca sobre un tronco, toma en sus manos un pedazo de tallo y tiene todo listo para empezar a jugar, en esta ocasión, el poder de su imaginación le permitirá preparar alimentos.

Con ese acento infantil que se mezcla con la dificultad para pronunciar algunas palabras; Mateo dice que tiene pepinos, zanahorias y cebollas… La textura y el color de las hojas y flores que cortó no concuerdan con las verduras y los vegetales que están en su mente, pero es precisamente ahí, en su pensamiento, en su imaginación, donde surge la magia, donde está el toque de sabor y el sazón para el momento que este pequeño de 3 años cocina para alimentar la alegría de su existencia.

Mateo no sabe que en el mundo hay pandemia, no sabe que el 30 de Abril se festeja el “Día del Niño”, Mateo es feliz este y todos los días… Mateo es Luz para su familia y para la gente que lo rodea… En su mirada, en su sonrisa, en cada paso que da, en cada palabra que pronuncia, Mateo atesora la dicha y la fortuna de transitar por la maravillosa etapa de la niñez.