A 20 años del “domingo negro”, las explosiones en Celaya…
26 septiembre, 201926 de septiembre de 2019
Celaya, Gto. (Opinión Bajío).- Se cumplen 20 años de la explosión que dejó en escombros la Central de Abastos de Celaya; el olor a polvora ya no se respira pero sigue doliendo ante el fatal resultado de 72 muertos y más de 300 lesionados, ese trágico día denominado “domingo negro”.
Algunos testigos presenciales han fallecido al pasar de los años, pero el dolor de los familiares sigue vivo.
Otros que por trabajo acudieron al lugar y que por medio de las graficas nos mostraron el dolor y tristeza de los celayenses también han muerto por otras causas, como el reportero gráfico Sebastian Ramírez, “El Sebas”, como lo conocian los amigos; él laboraba para El Heraldo de Salamanca, diario hoy extinto en ese municipio.
Tras la priner explosión de 4 toneladas de polvora y pitorecnia almacenadas en una bodega de la “Abarrotera Celaya”, ubicada en la calle Antonio Plaza del centro, alrededor de las diez de la mañana de ese domingo 26 de septiembre de 1999, las alertas en las corporaciones de Cruz Roja y Bomberos en los municipios vecinos de Salamanca, Cortázar, Villagrán, Irapuato, Valle de Santiago y otros se prendieron; no había necesidad de pedir auxilio o colaboración, el fuerte estruendo cimbró a todos. Luego llegaron dos explosiones más. Una columna de humo de forma de hongo se formó.
Autos, inmuebles, muebles; todo quedó en escombros, incluso una unidad de Cruz Roja y Bomberos.
En ese entonces las redes sociales no existían tal y como hoy en día, pero las noticias de la devastación recorrieron rápido el estado y el país.
“El Sebas”, ese día dejó encargada su bicicleta “lechera” como le decía y de raite de Salamanca llegó hasta la zona de la explosión en Celaya; sólo él supo cómo llegó, captó con su camara análoga el dolor, la devastación, el trabajo arduo de los socorristas, bomberos, sociedad civil que ayudaron hasta el último momento.
Cada uno realizaba su trabajo, mientras decenas de ciudadanos rodeaban la zona buscando a sus familiares y amigos. Las horas pasaban y el número de muertos se incrementaba, la ayuda era insuficiente. El saldo final fue 72 muertos, más de 350 heridos entre ellos civiles y servidores públicos.
Luego de varios años algunos sobrevivientes han podido contado su historia, todas desgarradoras porque perdieron amigos o familiares; en otros las secuelas las llevan en sus cuerpos.
En los primeros años se realizaba una misa en la zona, pero al ser el dolor más profundo, sobrevivientes ya no acudían, el 2017 y 2018 los rezos de algunos en la zona no faltaron.
Así como “El Sebas” se fue de raite regresó a Salamanca, con tres rollos de color donde captó cada momento, imprimió las fotografías y las llevó a las instalaciones de El Heraldo en Irapuato, oficinas también extintas que estaban en el boulevard Díaz Ordaz, frente al monumento a los Niños Héroes.
Su ropa aun olía a pólvora, su cara con ceniza y polvo; llegó destrozado por el dolor y olor a muerte en la zona, entregó las fotografías entre ellas la del hombre con sus piernas destrozadas, que en brazos cargaban dos civiles.
En ese entonces Ricardo Lepe era el director de El Heraldo de Irapuato y Salamanca; el trabajo, el esfuerzo de Sebas fue reconocido. Hace pocos años murió Sebastián.
Entre 1999 y el 2000 después de la explosión, la entonces Procuraduría General de la República hizo responsable al municipio y algunos funcionarios de la Dirección de Fiscalización del Municipio que fueron puestos en prisión por tener responsabilidad.
Ese hecho cambió la vida de muchos, pero de otros no; el ayuntamiento de Celaya prohibió la venta de pirotecnia; sin embargo, ése polvo mortal se sigue usando para fiestas religiosas, en la espera de sus siguientes víctimas..
Fotos recopiladas por Reporte Celaya